Para el ojo que no está entrenado, las paredes que denotan un grosero abandono en calles Pedro de Valdivia y General Acha, pueden pasar desapercibidas. Sin embargo, detrás de esos muros se encuentran tesoros arquitectónicos que demarcan la historia de San Juan.
Se trata, entre otros edificios, de la vieja Iglesia de Trinidad, cuya construcción se remonta a la década de 1920 y es un valioso vestigio histórico. Su construcción se inició gracias a la generosa donación de una significativa propiedad por parte del sacerdote Dean Balmaceda. Esta donación se dividió en tres partes: una para el Arzobispado, donde se erigió la Iglesia de Trinidad; otra para las hermanas Terciarias; y la última para las Vicentinas, quienes además del convento inauguraron el primer hospicio de San Juan en donde cuidaban de los ancianos desvalidos de la provincia.
Con el paso del tiempo y tras diferentes sucesos, los edificios quedaron abandonados y en el 2018 se vendieron. Desde entonces, desde la Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino, ACCODEPAS, están trabajando para recuperarlas con el objetivo de que esas ruinas sean puestas en valor y se conviertan en patrimonio provincial.
“El tema fue tratado en la última reunión del Concejo de Patrimonio de la provincia. Se dispuso elevar un pedido a la Justicia para prolongar la cautelar que ya el Concejo había pedido y se le había concedido hace dos años. Si bien es un inmueble privado, tiene valor arqueológico, testimonial y cultural”, explicó Leonardo Correa Fili, arquitecto de la comisión directiva de ACCODEPAS, a Diario La Provincia SJ.
Por qué hay que conservar las ruinas de Trinidad
Esta iglesia posee una importancia simbólica insuperable en la historia de la provincia. Es la única ruina monumental religiosa que perdura de ese “viejo San Juan” y ha resistido a lo largo de los años a cuatro terremotos significativos que sacudieron en la región en 1944, 1952, 1977 y 2021. Fue edificada con mampostería, ladrillo cocido y hormigón armado por lo que se cree que pudo haber resistido más.
Por otra parte, en términos urbanos, esta área es excepcional ya que concentra tres templos en una sola cuadra (que se completan con la iglesia de Trinidad actual y la perteneciente al Colegio El Tránsito), lo que le otorga una singularidad única en la Ciudad. “Es una situación compleja porque el predio es un conjunto de cuatro edificios: las ruinas del oratorio, el hospicio, la casa parroquial y el convento. Estamos hablando de un cuarto de manzana en la que hay de todo. Hay construcciones que están en muy mal estado y otras que están en buen estado”, agregó el arquitecto.
Además, como no se ha tenido la oportunidad de realizar estudios fehacientes en el lugar, no saben con certeza qué puede haber “enterrado”. “Lo más importante a nivel simbólico es el resto del oratorio, que era la iglesia privada del convento y del hospicio de mendigos y ancianos que fue el primero de la provincia. Además, sostenemos que es muy posible que haya restos arqueológicos de diversas épocas en ese lugar”, agregó Correa Fili.
Por lo pronto, desde la Asociación, presentaron una solicitud formal en la Municipalidad de la Capital para que se tomen medidas lo antes posible. También, están trabajando en un proyecto de ley que presentarán ante el Concejo mediante la Banca del Vecino, con miras a armar otro proyecto de ley pero para la Legislatura.
N. del E.: Para conocer más sobre las características de los edificios, leé la nota de Diario La Provincia SJ: “Buscan que las ruinas de la iglesia de Trinidad sean puestas en valor y se conviertan en patrimonio provincial“.