Es una esquina con historia, que puede pasar desapercibida ante el ojo distraído. Sin embargo es el vestigio intacto de lo que fue una bodega que tuvo su plenitud a principios del siglo XX. En el cruce de España y 9 de Julio, una vieja casona se mantiene de pie, al menos en su fachada. Es que, fue vaciada de su estructura interior pero conservada en su “carcasa” con el fin de no ser usurpada.
Y esa “carcasa” es la que es vestigio del tiempo pasado, del esplendor de la vieja bodega Latorre y del aserradero. Justo en la esquina de la construcción permanece un alto ventanal de madera cuya reja de diseño fue arrancada junto con las persianas. Sus vidrios fueron rotos pero para frenar el vandalismo, luego fueron tapiados. Arriba de éste se puede leer, con mucha dificultad, un cartel que aún conserva algunas letras y que dice: “Venta de vino en damajuanas 1907“. Ese cartel, que ya está casi consumido por el paso del tiempo, es el reflejo de su origen.
Pero no es el único reflejo. Sus enormes paredones finamente terminados con relieves; los azulejos en rombos negros y grises que se asoman por debajo de algunas puertas, e incluso las mismas puertas talladas a mano con la ranura para las cartas, son ese registro del San Juan que hoy poco a poco va desapareciendo.
Y es por eso, y mucho más, que desde ACCODEPAS, Asociación Civil para la Conservación y Defensa del Patrimonio Sanjuanino, ya expresaron su preocupación de que esta antigua estructura sea derrumbada cuando avance la construcción de la EPET N°4. De acuerdo a lo expresado por Leonardo Correa Fili, arquitecto, doctorando en Filosofía y tesorero de ACCODEPAS, no está en el ánimo de la Asociación que se frene la construcción de la escuela sino que se integre el espacio histórico como un rincón del pasado en el contexto del moderno establecimiento educativo.
“Lo que nos preocupa es que sigan avanzando con la obra de la escuela. Lo que nosotros propusimos a la Dirección de Patrimonio el año pasado es que se considere la posibilidad de incluir lo que es la fachada porque de esa casa solamente queda la fachada. Todo lo que es el techo y los interiores, todo eso se ha demolido. Lo bueno es que esa casa es de mampostería no es de adobe”, explicó a Diario La Provincia SJ.
Ese predio se encuentra vacío desde hace décadas y se convirtió en un sitio que generó temor en los vecinos por los vándalos y algunos adictos al alcohol que allí se refugiaban. En diciembre del año 1999, la Cámara de Diputados aprobó el traspaso de ese terreno a manos del Estado provincial, a cargo del ministerio de Educación. Luego fue dado en comodato a la EPET N°4 para que allí se construyera su propia escuela ya que siempre funcionó en el mismo predio de la EPET N°2.
“La fachada es perfectamente consolidable porque es ladrillo y hormigón. Es una casa antigua de ladrillo que seguramente corre alguna peligrosidad sísmica pero para eso existe la tecnología, para poder consolidarla. Lo que nosotros proponemos es sumarlo a la escuela, que se rediseñe el proyecto que es una cosa muy sencilla y que en vez de tirar esa casa y hacer un paredón rescatar esa esquina dejarla como está, consolidada“, agregó Correa Fili.
En el 2021, durante la gestión anterior, se aprobó la construcción de la escuela en 3 etapas, concibiendo la demolición total de todo lo que había en ese predio. En la primera etapa se hizo movimiento de suelos y se comenzó la construcción de los talleres y laboratorios pero todo quedó frenado por la coyuntura económica nacional.
Ahora se confirmó que la obra fue retomada y por eso es que desde ACCODEPAS trabajarán para presentar una propuesta al ministerio de Cultura para que se respete la fachada de esa esquina. “Nos gustaría que sea restaurada y pintada. Que sea parte del cerramiento de la misma escuela“, finalizó Correa Fili.