A pocas semanas de haber estado al borde de la muerte, Ramiro “Rama” Fernández se recupera de sus lesiones rodeado del amor de su familia y con un mensaje claro: paz, perdón y sanación.
El joven de 29 años fue víctima de un brutal golpe en la puerta de un boliche, hecho que conmocionó a toda la provincia. Hoy, en diálogo con Diario La Provincia SJ, comparte su testimonio de fe y fortaleza.
“Ha sido bastante heavy, ha sido un milagro. Me daban por muerto, imaginate. Estaban diciendo a mis hermanos que vayan buscando un cajón”, relató con crudeza Ramiro, aún conmovido por lo vivido. “Y ahora verme acá sentado, hablando con mi mamá, es bastante difícil. Uno por ahí no lo puede creer”, agregó. Es que además del golpe y los daños que generó, Ramiro padeció meningitis mientras estaba internado.
Ahora la recuperación física y emocional es lenta, pero firme. Y en este proceso, su familia fue clave. “Mi mamá vivía en San Luis, vino cuando pasó todo esto y se quedó conmigo. Mis hermanos también vinieron. Estamos muy unidos”, contó agradecido.
“Se ha acercado muchísima gente, incluso personas que no conozco, a ofrecer ayuda y acompañarme. Eso me da mucha fuerza”.
“No tengo rencor, solo pensamientos de paz”
Aunque no quiso entrar en detalles, Rama asegura que recuerda “todo lo que pasó”, aunque de forma fragmentada. “Fue todo muy rápido. Ese día salí del gimnasio, fui a tomar un café con un amigo y terminamos en el boliche. Después pasó lo que pasó… y ahora estoy acá”, dijo. “Pasó lo que tenía que pasar y ahora estamos acá hablando re bien“, señaló
Sobre como se siente respecto a sus atacantes, Ramiro fue tajante: “No tengo pensamientos de rencor ni de venganza. Solo pienso en sanar”. “Que la justicia actúe como deba actuar. Lo que me pasó a mí, le ha pasado a muchos. Solo puedo pedir justicia por ellos también
Un futuro por reconstruir
Además del trauma, Ramiro enfrenta con esperanza un proceso complejo de recuperación médica. “Me falta una prótesis. Mi hermano está gestionando todo eso, hay que ver cuánto cuesta y cómo será. Mientras tanto, estoy haciendo rehabilitación. Hoy me pidieron un casco”, comentó, con humor pese a las circunstancias.
“Tengo mi proyecto, soy personal trainer, tengo mis títulos y tengo a mi hija. Solo me queda pensar en ella y salir adelante por ella”.
Con una madurez conmovedora, cerró: “Me queda mucho por vivir. Ha sido muy difícil, sobre todo por mi familia, pero voy a salir. Estoy pensando en sanar, tranquilo, con fe y con paz”.