El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) trabaja en la actualización del mapa de peligrosidad sísmica, con el objetivo de proporcionar una estimación más precisa de las intensidades máximas del movimiento del suelo en distintos puntos del país.
“El nuevo mapa de amenaza sísmica establece las aceleraciones máximas probables en un cierto lugar para un cierto número de años. Es decir, básicamente estamos hablando de las aceleraciones que, en definitiva, se pueden mencionar como las acciones sísmicas que tendrían que tenerse en cuenta para el diseño de obras de infraestructura”, explicó Rodolfo García, director del INPRES, en diálogo con Diario La Provincia SJ.
El actual mapa, que divide al país en cinco zonas sísmicas (de 0 a 4). En él, San Juan y Mendoza están ubicados en la zona 4, la de mayor peligrosidad sísmica del país. “La ciudad de San Juan y la ciudad de Mendoza —específicamente el Gran San Juan y el Gran Mendoza (es decir, la parte sur de la provincia de San Juan y la parte norte de la provincia de Mendoza)— están situadas en la zona sísmica 4, que es la de mayor peligrosidad sísmica de todo el territorio nacional“, expresó.
Este nuevo estudio surge tras varios años de monitoreo sísmico. A lo largo de ese tiempo se instalaron estaciones de control en todo el país y se recopiló una gran cantidad de datos. “Toda esa información que se fue procesando, estudiando y acumulando en las últimas décadas nos permitió una revisión del actual mapa vigente”, sostuvo el director.
En regiones históricamente monitoreadas, como San Juan y Mendoza, no se esperan grandes cambios en la clasificación de amenaza sísmica, debido a la solidez de la información disponible. “En aquellas zonas donde el conocimiento de la sismicidad era mucho mayor, no hubo grandes cambios porque ya teníamos información”, detalló.
Sin embargo, en otras partes del país donde antes no había datos suficientes, la actualización sí podría traer ajustes. “¿Dónde se producen algunos cambios más sustanciales? A veces para abajo y a veces para arriba, respecto al mapa viejo. En aquellas zonas donde no teníamos información y actualmente tenemos”, indicó García. Y agregó: “Los eventos sísmicos tienen una escala de tiempo que no siempre es la escala de tiempo del ser humano. Lo que estamos viendo y monitoreando es muy poquito en relación a la historia geológica”.
Uno de los cambios más importantes del nuevo mapa es que ya no se dividirá al país en zonas discretas, como ocurre actualmente. “Ya no se determinarán zonas, sino que habrá gradualidad. Habrá continuidad creciente o decreciente en todo el territorio. Si tomás un punto en particular, te da un determinado valor de acción sísmica y, en la medida en que te alejás, ese valor va decreciendo gradualmente, sin saltos bruscos”, explicó.
Toda esta información está siendo utilizada en la actualización del Tomo 1 del Reglamento INPRES – CIRSOC 103, que establece las pautas para las construcciones sismo-resistentes. “Ese tomo es donde aparece la zonificación sísmica, pero ya no se llamará zonificación, porque no son zonas”, aclaró García.
El proceso de actualización normativa incluirá una etapa de discusión pública, donde profesionales de la ingeniería, especialistas y sectores involucrados podrán opinar.
“Una vez que está hecho ese borrador del proyecto, se somete a discusión de todo el ambiente técnico-científico del país para que emitan opinión. Ahí se atienden las sugerencias y recién entonces se eleva al Poder Ejecutivo Nacional para que, cuando lo dispongan, lo pongan en vigencia a nivel nacional”, precisó el titular del INPRES.
Por último, detalló: “Toda esa información, junto con otros datos, será presentada en una actualización del Tomo 1 del Reglamento INPRES-CIRSOC 103, que atraviesa un proceso de revisión. Debe existir un consenso generalizado para que el Poder Ejecutivo Nacional apruebe y ponga en vigencia dichas modificaciones“.