Sol Coria y Bautista Monserrat día a día derriban barreras con sus historias de inclusión laboral. En el marco del día internacional del síndrome de down ambos contaron sus historias y cómo desempeñan cotidianamente sus tareas, encarnando la experiencia del pleno empleo en una población cuyas oportunidades de conseguir empleo son muy bajas.
Ambos fueron integrados en sus puestos en el marco del programa Empleo Con Apoyo (ECA) de la asociación ARID, coordinado por la licenciada Claudia Gil, que desde el 2008 han conseguido trabajo para 35 personas con algún tipo de discapacidad.
Sol Coria trabaja desde en el Centro de Salud Pública Barassi en capital tras una breve experiencia en el área de Salud Pública en el centro cívico. con un carácter fuerte pero siempre sincera ha logrado establecer lazos profundos con sus compañeros de trabajo. “He trabajado en el nivel central del Ministerio de Salud Pública. Al principio, era todo nuevo y me recibieron bien. Primero tenía que agrupar planillas e historias clínicas. También hacía las efemérides, todo lo que se conmemora y celebra, con formatos y usando Canva”, recordó a Diadio La Provincia SJ, sobre sus inicios en el Centro Cívico antes de pedir el traslado al Centro de Salud Barassi.
“Aquí es todo diferente y he encontrado muchas cosas que no he podido hallar en ningún lado, es diferente”, dijo y agregó: “Lo veo con otros ojos, con otro punto de vista. Es la primera vez que puedo estar en un lugar donde puedo ser yo misma”.
Los directivos aseguran que es una persona fundamental y que no solo ordena y organiza archivos, sino que es un ejemplo de puntualidad y orden para sus compañeros. “Hace 23 años no había la información que se maneja hoy, pero había una escuela donde iba mi hija mayor, que había comenzado con la inclusión”, agregó Andrea Toraglio, su madre, que desde hace muchos años está vinculada a diferentes organizaciones y ONGs que trabajan con personas con discapacidad.
En Córdoba encontraron un lugar para poder ayudar a Sol con la estimulación temprana dos veces al mes en la Fundación Castillo Morales. “Hicimos la parte de kinesiología para que ella pueda caminar. En algún momento íbamos a la sesión, la filmábamos para poder practicarlo en casa”, relató.
“Todo lo que te dicen del síndrome de Down es lo que no pueden hacer. Surgen un montón de preguntas y en el proceso las respuestas te las van dando ellos. Son los motores y están en la búsqueda permanente de querer siempre un poco más”, reflexionó Andrea que tiene dos hijas más, una de 33 y otra de 20 años.
Sol fue a la escuela Ciudad del Sol, donde hizo la primaria y secundaria, y allí se recibió y obtuvo su título. “¿Qué hacer después de eso si sigue siendo un bache?” Sol tuvo una buena práctica en Emicar y en el centro de día de la escuela de educación especial Aleluya, también desarrolló habilidades sociales en el café del Hiper Libertad”, dijo y agregó: “En Emicar manejaba las computadoras y atendía a la gente”.
Finalmente, tras el impasse de la pandemia y la participación de Sol en programas de TV, desde el Ministerio de Salud se comunicaron con ECA ARID y tomaron la iniciativa para poder incluirla en la cartera de gobierno en 2021. Sol tiene un carácter fuerte, es decidida y sabe lo que quiere. “Es muy empática y siempre se cuestiona todo, está pensando en cómo ayudar a los demás, en cómo puede ayudar”.
Bautista Monserrat trabaja desde hace tres años en American Advisor de lunes a viernes por la mañana. “Recorto los números de WhatsApp para que la gente se comunique y hago encuestas a las personas que vienen. Estoy desde las 8 hasta las 12 y a veces me voy solo en colectivo”, contó. Día a día, Bautista cumple tareas junto a un gran equipo de apoyo mutuo para cumplir con los objetivos personales y laborales. Con su sonrisa compradora, recibe a todas las personas que llegan al lugar con un cuestionario para facilitar y agilizar la atención.
Sin embargo, no es el único trabajo que tiene, ya que también cumple labores en la fábrica de jugos de su hermano en horas de la tarde. “Llego a mi casa por la noche porque trabajo con mi hermano. Yo estoy haciendo la parte de limpieza y me organizo con la aplicación que se llama Asana, que te dice las tareas que tienes que hacer y le das un tick”. Esto implica “limpiar el piso completo, acomodar la estantería de los bidones en la cámara de frío y hago reparto un sábado por medio”, expresó.
Una de las actividades familiares que disfruta es hacer trekking en el dique con su madre y una amiga. “Veníamos luchando desde que comenzó la escuela porque sufrí bastante”, dijo Daniela Frontino, mamá de Bautista. “Encontré una escuela, el Colegio Integral, al año cuando lo fui a inscribir, una nena había repetido y no podían haber más de dos por curso. Por referencias, me aceptaron en la Ciudad del Sol”, donde hizo toda la primaria y la secundaria.
A pesar de que tenía problemas de conducta propios del rechazo, terminó siendo escolta de la bandera por su buen promedio. Al salir, comenzó a estudiar cocina, pero no resultó ser la mejor experiencia de aprendizaje por la falta de preparación del establecimiento. Sin embargo, es un excelente cocinero.
Bautista tuvo su primera experiencia laboral en Café América, con alguna que otra queja por algunas travesuras en el sector de las golosinas. Luego llegó un momento de cambio cuando entró a trabajar en American Advisor, donde está actualmente.
En casa también hay trabajo y rutina diaria. “Cuando llego de la farmacia, la mesa ya está puesta, él prepara la ensalada, se hace tuco y le toca lavar los platos todos los días. Él no para, se va a desayunar solo al cine Alvear o a ver películas al cine”.