A 81 años del terremoto de 1944 en San Juan, el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) compartió una historia poco conocida y que tuvo como protagonista un gesto de honor y humanidad, ante la tragedia. La figura del Suboficial Mayor (R) César Balaguer fue clave ante el dolor de los reos de la Cárcel Pública de Varones de Marquesado.

Este es el emotivo relato compartido por la institución, de una parte de la historia sanjuanina:

“El 15 de enero de 1944, San Juan fue sacudida por un devastador terremoto que transformó su paisaje social, económico y edilicio. La Cárcel Pública de Varones de Marquesado no fue la excepción y enfrentó una situación de caos y desesperación. El director del Penal, el Suboficial Mayor (R) César Balaguer, protagonizó un episodio que no solo reflejó su liderazgo, sino también la respuesta del sistema penitenciario ante una crisis extrema.

Inmediatamente culminado el sismo, Balaguer se dirigió rápidamente al Penal, donde encontró una escena de confusión y tragedia. Con treinta y dos guardias, de los cuales siete murieron y diez resultaron heridos, la situación era insostenible. Disparaban al aire para evitar la fuga de los 328 personas en contexto de encierro que, en un estado de desesperación, pedían ser liberados para reunirse con sus familias. En lugar de optar por una respuesta represiva, decidió confiar en ellos, permitiéndoles salir temporalmente con la promesa de que retornarían.

Esta determinación, que pudo haberle costado su puesto, resultó en una muestra de confianza y humanidad que tuvo una repercusión positiva. La mayoría de las personas privadas de la libertad (ppl) regresaron voluntariamente, cumpliendo con la promesa de honor hecha a Balaguer. Este episodio no solo evitó una posible matanza, sino que también demostró la capacidad del director para manejar una situación crítica con firmeza y compasión.

Es en el mismo relato de Balaguer, documentado por el periodista Odin Gómez Lucero para un articulo especial del diario Tribuna, donde se califica no sólo como un evento histórico, sino que también contribuye a la memoria colectiva de la ciudad de San Juan. La respuesta del Servicio Penitenciario durante el terremoto se convirtió en un símbolo de resiliencia y humanidad en medio del desastre. 

Dada la loable conducta y actuación de los penados, quienes mientras estuvieron en libertad se sumaron a las labores de rescate, remoción de escombros y demolición, “…una gran parte del pueblo de San Juan insta a las autoridades a que sean benévolas con los recluidos del Marquesado y se les disminuyan las condenas que actualmente cumplen”, según relataba el informe periodístico. A esto se sumaba la conducta ejemplar que mantuvieron a posteriori dentro del recinto carcelario para la reconstrucción de edificio asolado por el sismo. 

El interventor federal de la Provincia, Coronel Rómulo Espejo, reconoció públicamente la actuación de los penados a través de un decreto que valoraba su comportamiento durante la tragedia. El documento afirmaba que, debido a su loable conducta y a su colaboración en la rehabilitación de edificios públicos y escuelas, se evaluaría la posibilidad de otorgarles un indulto parcial  a quienes hubieren desempeñado tareas destacadas por las autoridades penitenciarias.

Se suma la anécdota de las ppl ayudando a Balaguer a sacar su automóvil de una zanja y vitoreando “¡Viva el Señor Director!” al reconocerlo por las calles. Este tipo de historias enriquece la memoria urbana, destacando la capacidad de los individuos y las instituciones para actuar con nobleza y solidaridad en circunstancias extremas. Además, muestra cómo las instituciones pueden desempeñar un papel crucial en la cohesión social durante tiempos de crisis.

De esta manera, el Servicio Penitenciario, a través de la figura del director Balaguer y la respuesta de las personas privadas de la libertad durante el terremoto de 1944, dejó una marca indeleble en la memoria de San Juan. Este episodio ilustra cómo las acciones dentro del sistema penitenciario pueden trascender sus muros y contribuir a la historia y cultura de una ciudad, convirtiéndose en un componente esencial de su identidad colectiva”.