Angustia. Ese es el sentimiento que aflora en Jorge Luis Montaño (34) porque a su hijo mayor Agustin Yosenir, de tan sólo 4 años recién cumplidos, le dijeron que deberían operarlo porque su desviación lumbar había comenzado a pasarle factura.  El próximo 30 de diciembre deben realizarle una resonancia magnética y en el mes de enero lo operarían para ponerle una prótesis. Hasta ahora sus padres han podido subsistir gracias a changas y la asignación universal por hijo que cobra su madre por él y su hermano Camilo Yair, de un añito.
“Agustín sufre de desviación lumbar desde que nació pero se le fue agravando en este último tiempo y ahora una de sus piernitas se le va a una orilla. Lo llevamos al traumatólogo y me dijo que había que operarlo, que era una cirugía muy riesgosa y debían colocarle una prótesis”, explicó Jorge Montaño a Diario La Provincia.
El padre del pequeño Agustín no pierde las esperanzas de que en los estudios que debe realizarle antes de la cirugía puedan demostrar que hay otras alternativas y no la operación.
“No me quiero quedar con ese diagnóstico. Estoy esperanzado en que con una fajita o una plantilla o lo que sea, se pueda mejorar”, contó Jorge quien a su vez señaló que el próximo 30 tiene turno en el CIMAC para realizarle una resonancia magnética al pequeño. Jorge insiste con la derivación de su hijo a Buenos Aires o Mendoza para pedir otras opiniones del diagnóstico y no llegue a la cirugía.
 

 
“Nos estamos manejando con changuitas, los vecinos nos están ayudando les corto el pasto, hacen colecta. Vivo en el barrio Aramburu, en la casa de mi papá pero también viven mis otros dos hermanos, uno con sus cuatro niños, mi hermana tiene tres y yo tengo dos, y vivimos cada uno en una pieza con sus niños”, expresó.
Agustín vive con su hermanito Camilo Yair (1) y sus padres, Jorge (34) y Daiana Lucero (25) en la casa de su abuelo en el barrio Aramburu, Rivadavia. Allí les prestan una habitación donde tienen todas sus pertenencias ya que en las otra habitaciones se alojan los hermanos de Jorge con sus respectivas familias.  En total son 16 personas  conviviendo bajo el mismo techo por ello Jorge pide si pueden prestarle  una vivienda en la cual haga de casero.
“No tengo un lugar, no tengo trabajo. Yo no pido que me regalen nada, si me dan una casa, la voy a pagar y necesito un trabajo , no quiero que me regalen plata”, alegó el padre de la criatura.
Finalmente, Jorge contó que su esposa realizó los trámites en el Ministerio de Desarrollo Humano para la resonancia magnética porque no la puedo pagar y esperan que todo salga bien y que no deban tramitar alguna incapacidad para su hijo.  El teléfono para ayudar al pequeño Agustin es 155118148.