El matrimonio Ruades llegó preocupado al sanatorio. Hace un año, y tras varios análisis con resultados de glucemia alta, se adelantó el parto de Francisco a los 8 meses de gestación.

Las tres horas siguientes al nacimiento fueron de angustia. Algo totalmente diferente a lo que deben sentir los papás en ese momento. El bebé nació prácticamente desmayado, le dieron tres chirlos para lograr la reacción del llanto y apenas pudo lograrlo. Tras la desesperación de Yamila, su mamá, por la demora de los médicos en entregarle al bebé llegó la dura noticia: su marido le contó que había nacido con 2.20 de azúcar, una medición altísima.

Así comenzó la lucha de la familia de Francisco Ruades, un nene feliz, simpático y que convive con las consecuencias de un diagnóstico de Prediabetes que lleva a que deban medirle la glucosa varias veces al día y a recibir inyecciones de insulina, una sustancia que produce el páncreas pero en su caso, el órgano está inactivo.

La esperanza, tras varias situaciones extremas en las que los papás del pequeño sintieron que moría, llegó de la mano de un tratamiento que puede recibir en Córdoba y que consiste en el trasplante de células madre para el que ya tiene donante: su hermano que viene en camino.

Yamila Arrieta, mamá de Fran, contó a Diario La Provincia que “mi hijo es un sol pero hay momentos en los que la enfermedad altera su carácter, lo vuelve irritable o lo exalta demasiado. Ahí sabemos que hay que medir su glucosa y él colabora en todo momento. No llora con los pinchazos ni tampoco cuando debe recibir insulina. Es un valiente”.

Ella recorrió un largo camino antes de encontrar una profesional que la contuviera y tratara de cerca al pequeño. “En San Juan hay dos endocrinólogas infantiles. Me pasé noches enteras para sacar turno en el Hospital Rawson y nunca conseguí. También lloré y peleé en nuestra obra social para lograr que cubriera parte del tratamiento de mi hijo. Para ellos, él es una pérdida. Mi marido tiene trabajo, gracias a Dios, como chofer pero con los gastos que tenemos cada vez se nos hace más difícil”. Y es que además de Francisco tiene una nena más grande y está embarazada.

“Los análisis para controlarlo cuestan $2000 porque se mandan al Hospital Garrahan y cuando nos los indican hay que hacerlos. Mi hijo no puede esperar. También tiene que tomar vitaminas para proteger su páncreas para que esté listo al momento de recibir las células madre que lo reactivarían. No le pueden faltar. Sueño con que mi hijo reciba juguetes y no un glucómetro para Navidad, como ocurrió el año pasado”, detalló la joven.

Cómo surgió “Todos por Fran”

La endocrinóloga Nora Pérez le dio a los padres de Francisco los detalles del tratamiento que puede hacer funcionar el páncreas del nene. Extraerían células madre del cordón umbilical que hoy une a Yamila con su bebé en gestación y las trasplantarían en proceso de quimioterapia. 

“Las probabilidades de éxito son altas y es una alternativa al trasplante de médula, para el que incluso sería más difícil hallar un donante compatible”, dijo Yamila.
 
Para ello, en marzo deberían internarse con Córdoba y la obra social se hace cargo de parte de la intervención. Sin embargo, la pareja debe pagar $40.000 y los gastos extra que se generen en la clínica.
 
“Mis amigas hicieron una página de Facebook para difundir el caso y también organizaremos en conjunto una peña para reunir fondos. Me da vergüenza pedir ayuda pero, más allá de que mi marido tiene un trabajo, los gastos son muchísimos. Mi hijo nos necesita y el tiempo es fundamental para él, para su recuperación porque tenemos fe en el tratamiento”, expresó.
 
Quienes quieran colaborar con la familia de Francisco y conocer más detalles médicos de su caso pueden comunicarse por Facebook a “Todos por Fran” y próximamente se habilitará una cuenta bancaria para depósitos.