La experiencia vivida por los Vallistos en Cosquín fue, sin lugar a dudas, un sueño hecho realidad. A pesar de las dificultades que enfrentaron, como el clima lluvioso que acompañó el viaje, la emoción y la alegría de los chicos, quienes veían en Cosquín la realización de su sueño, pudieron más que todo lo demás.

El evento comenzó el sábado por la tarde, con un desfile que deslumbró a todos los presentes. “La magia comenzó a las 18 horas, cuando el desfile dio inicio. Estaba lleno de gente, y nosotros, representando al Valle de la mejor manera, llevábamos bolsas de Turismo de Valle Fértil, acompañadas de yuyitos que preparamos para regalar“, indicó Verónica Ceballes, referente del grupo, a Diario La Provincia SJ.

Además de las emociones del desfile, el viaje estuvo marcado por el trabajo en equipo y la solidaridad. Las madres, junto con el presidente del Consejo, Jorge Castro, lograron juntar mercadería para llevar comida a los chicos, lo que ayudó a reducir los gastos adicionales y a garantizar que todos tuvieran lo necesario durante su estadía. “Tuvimos muchas contras, pero siempre salimos adelante. Gracias a Dios, nos brindaron la movilidad, lo que fue un gran apoyo“, destacó la profesional, quienes nunca perdieron la esperanza de lograr lo mejor para los chicos.

El viaje también incluyó dos presentaciones importantes: la primera en La Toma y la segunda en Bialet Massé, donde los chicos tuvieron la oportunidad de compartir con Lito Soria, quien les brindó su apoyo incondicional. “Eso nos emocionó hasta las lágrimas, porque sabíamos lo difícil que fue llegar hasta allí. Fue un momento que jamás olvidaremos”, expresó Verónica emocionada.

El esfuerzo de todos los involucrados, desde los chicos hasta las madres y el presidente del Consejo, permitió que este sueño se hiciera realidad. “Nos gustaría que el Valle pudiera visualizar que esto también es cultura y que amamos lo que hacemos”, cerró, con el corazón lleno de gratitud.

El dato

Para poder financiar los gastos relacionados con esta gran oportunidad, los miembros de la Academia de Danzas AYEKANTUN no se quedaron de brazos cruzados. Con esfuerzo y dedicación, se dedicaron a vender dulces y artesanías, sumando cada peso necesario para concretar este anhelo tan esperado. Lo hicieron a pulmón, como una verdadera muestra de amor por su cultura y por la danza folklórica, lo que les permitió estar a un paso de vivir esta experiencia única.

Si bien solo parte del grupo viajó, todos los miembros de la academia y la comunidad de Valle Fértil estuvieron apoyando desde el corazón.