Proteger y poner en valor el Parque de Huellas de dinosaurios hallado en la Formación Santo Domingo. Ése es el principal objetivo del proyecto que presentó un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) a la empresa minera Josemaría. El descubrimiento paleontológico en cuestión es el que fue presentado formalmente en noviembre del 2024 y por el que se espera tener luz verde en este 2025 para avanzar con la investigación pero también con la preservación.
La “rastrillada de huellas” es una unidad geológica de 220 millones de años ubicada en el departamento Iglesia, cerca de Angualasto y Batideros. La propuesta contempla preservar el sitio original donde se encontraron las huellas y construir un museo in situ, con el objetivo de conservar el patrimonio, fomentar el turismo paleontológico y generar desarrollo sustentable en la región.
“Todo empezó en el año 2020, unos días antes de la pandemia, que estuvimos haciendo un estudio, para la empresa de Josemaría, para determinar si en esa zona habían fósiles o no. Estaba a cargo de ese estudio y encontramos un hueso de paliovertebrado en esos afloramientos”, comenzó explicando a Diario La Provincia SJ, la investigadora y docente de la UNSJ, Carina Colombi quien trabajó en conjunto con los investigadores Oscar Alcober (director del Museo de Ciencias Naturales) y Ricardo Martínez.
Tras encontrar el hueso fósil, hallaron una rastrillada de huellas de dinosaurios, es decir, una serie de pisadas alineadas que marcan el paso de un animal prehistórico. “La rastrillada de huellas no es una huella aislada sino es todo el trazo que uno deja cuando camina. O sea, como si fuera el camino dejado por un animal que transitó por esa zona. Tiene un valor patrimonial tan alto como si encontraras un vertebrado”, explicó.
Poco después, a solo 100 metros de distancia, apareció otra placa con otra rastrillada diferente, lo que refuerza el altísimo valor paleontológico de la zona. “La especie o el género está definido por la morfología, por la forma que tiene la huella y no por el animal en sí. Hicimos un estudio preliminar de las huellas que habían aparecido tanto en esa unidad, en la provincia de La Rioja como en todo el país, en fósiles de edades similares y a nivel mundial y no hemos encontrado hasta el momento que en ningún lado hayan aparecido huellas parecidas. Estaría correspondiendo a género y especies nuevas para la ciencia”, aclaró.
Proyecto de protección y museo in situ
El equipo investigador presentó un proyecto a la empresa Josemaría con el objetivo de proteger el sitio y construir un museo in situ, al estilo de la cúpula de Ischigualasto.
“Las huellas son grandes y no pueden ser trasladadas porque se deterioran. Por eso es fundamental conservarlas donde están, creando un espacio que, además de protegerlas, promueva el turismo científico y el desarrollo local”, destacó Colombi.
Hoy en día, el lugar no está vallado, pero su acceso es extremadamente complejo: hay que cruzar más de 10 veces el Río Blanco y el camino depende de la maquinaria de la empresa minera para poder ser transitado. Esa dificultad, paradójicamente, ha sido clave para que las huellas se conserven intactas hasta hoy.
Entre los principales ejes se destacan:
- Desarrollar un museo in situ, similar al modelo de Ischigualasto, donde los visitantes puedan observar las huellas en su contexto original.
- Protección del sitio, para evitar su deterioro.
- Accesibilidad planificada, con caminos sustentables y controlados.
- Integración al circuito turístico de la “Ruta de los Dinosaurios”, que incluye otros sitios clave como Ischigualasto, Mogna, Huaco y Marayes.
- Impulso al desarrollo local, apoyando a prestadores turísticos en Angualasto, como la estancia El Chinguillo, y potenciando el crecimiento económico del departamento Iglesia.
San Juan, tierra de dinosaurios
Este descubrimiento se suma a una serie de hallazgos que posicionan a San Juan como uno de los territorios más ricos en fósiles del Mesozoico en Argentina. La zona se podría integrar a la Ruta de los Dinosaurios, que incluye lugares como Ischigualasto, Marayes, Valle de Leyes, Mogna y Huaco.
“Sería el cierre perfecto del circuito para el turismo paleontológico, algo único en el país”, expresó Colombi.
Además, el entorno cuenta con potencial arqueológico, paisajístico y turístico, con prestadores de servicios en la zona de El Chinguillo y cercanía con Angualasto, lo que permitiría combinar ciencia, naturaleza y desarrollo sustentable.
Gracias a la colaboración con la empresa minera, los científicos pudieron escanear las huellas en alta definición mediante un escáner 3D de última generación, generando copias digitales que hoy forman parte del repositorio oficial del Museo de Ciencias Naturales de la UNSJ.
Estas reproducciones, conocidas como ignoisotipos, quedarán preservadas para futuras generaciones, y algunas podrían exhibirse en el nuevo Museo de Ciencias Naturales que la UNSJ proyecta inaugurar próximamente.
¿Qué sigue?
Los investigadores esperan que se apruebe el financiamiento de nuevas campañas científicas que permitirían explorar áreas aún no estudiadas del otro lado del Río Blanco. Allí, según indican las formaciones geológicas, podrían encontrarse nuevos fósiles, e incluso huevos de dinosaurios, algo inédito hasta ahora en San Juan.
“Creemos que aún hay mucho por descubrir. Pero dependemos completamente del apoyo de la empresa minera para acceder al lugar y continuar con los estudios”, concluyó Colombi.
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